jueves, 27 de noviembre de 2014

El pensamiento de Bourdieu: Habitus, campo y capital

pierre bourdieu cover

El anterior día en clase oímos el nombre de Pierre Bourdieu bastantes veces, y hablamos de un nuevo concepto: el habitus. Me parecieron curiosas las ideas de Bourdieu, del que había oído hablar, pero del que nunca había leído nada, por lo que he sentido curiosidad en saber más sobre este hombre, cual era su pensamiento, y de donde proviene ese nuevo concepto.

No es mi intención hacer un post sobre la vida de Bourdieu, pero lo presentaré en unas escasas líneas, ya que estoy segura de que mucha gente ni siquiera había oído su nombre hasta la pasada clase.

Pierre Bourdieu nación en Francia en 1930 y murió en 2002, con 71 años. Como muchos de los grandes pensadores de la historia, por no decir todos, se dedicó a la enseñanza, a la vez que escribía libros, donde exponía su pensamiento.

Considerado uno de los grandes sociólogos de la segunda mitad del siglo pasado, sus ideas fueron de gran relevancia. Su teoría se basa en intentar superar la dualidad entre la estructura social y el objetivismo, es decir, las personas que son de clase alta, tienen más dinero, por eso pueden adquirir más cosas (es una explicación objetiva, se describe y se explica lo que ocurre), y entre la acción social y el subjetivismo, esto es, que las acciones que realizan las personas, los hechos sociales, son símbolos que han de interpretarse. Para intentar explicar esto, Bourdieu se dota de dos nuevos conceptos, el habitus y el campo, así como reinventa una ya establecido, el capital.

El concepto habitus, sirve para superar la oposición entre objetivismo y subjetivismo. El habitus hace que personas que comparten un entorno social tengan estilos de vida parecidos. Por ejemplo, nosotros, la gran mayoría, practicamos algún deporte, por lo que nuestra manera de comportarnos en nuestro día a día será, aunque no igual, muy parecida. El habitus lo aprendemos por el cuerpo, es algo que tenemos y que vemos en los demás. Es la forma que tiene una persona al andar, hablar, comer, al vestirse... Este habitus viene determinado según nuestro entorno, por regla general, siempre puede haber excepciones, por nuestra clase social. Así  una persona con un alto nivel adquisitivo, que los domingos se va de paseo en su yate, se comportará de manera diferente a una persona con un medio-bajo nivel adquisitivo, que los domingos tenga que irse a trabajar. Es este entorno en el que vivimos en el que nos dota a nosotros de un habitus, pero no sólo de eso, sino que nos dota también de la manera que tenemos de ver el habitus de los demás. Así, por ejemplo, una persona que vaya llena de tatuajes, de piercings con aspecto de tío duro, enseguida se cataloga como un "rebelde", una persona si oficio ni beneficio, porque nuestro entorno lo clasifica así. El habitus puede estar muy relacionado con los prejuicios. El habitus sirve para explicar porqué las personas se comportan de igual manera cuando comparten cierto entorno social, pero no para explicar porqué se comportan de forma diferente.

Por su parte, el concepto campo hace referencia a "una esfera de la vida social que se ha ido autonomizando progresivamente a través de la historia en torno a cierto tipo de relaciones sociales, de intereses y de recursos propios, diferentes a los de otros campos" (Giménez Gilberto "La sociología de Pierre Bourdieu), así encontramos el campo político, campo deportivo, campo intelectual... etc. Por lo que cuando hablamos de campo tenemos que hablar de habitus, existe una relación recíproca, el uno no puede funcionar sin el otro, así como tampoco puede funcionar sin el otro gran concepto, el capital.

Para Bourdieu el capital no sólo hace referencia a la cantidad de bienes materiales o al dinero que se tiene. Para él, también existe otro tipo de capital:
  • Capital simbólico: En forma de honor, honradez, respeto...
  • Capital cultural interiorizado: Es el que se da en las familias o por una circunstancia especial. Podríamos decir que en este tipo de capital estaría incluido el habitus.
  • Capital cultural objetivizado: El visible en la acumulación de objetos extraordinarios, como obras de arte, libros... etc.
  • Capital cultural institucionalizado: Los títulos, los diplomas, todo aquello que esté reconocido institucionalmente.
  • Capital social: Aquello que se establece en relación con la sociedad.
  • Capital físico: Es el porte corporal, como somos exteriormente.
Es cierto que hoy en día parece que lo que mueve el mundo es el capital monetario, pero en mi opinión, no hay que subestimar a los demás capitales, como el simbólico o el social, ya que una persona, sin tener grandes cantidades de dinero, puede convertirse en un modelo a seguir, ser el representante de una causa y mover a una gran cantidad de gente. Debemos de saber que los diferentes tipos de capitales son intercambiables, es decir, una persona que tiene un gran capital simbólico puede llegar a tener un gran capital económico (Gracias a Víctor por este apunte que se me había escapado.)

El capital nos lleva a otro gran concepto de Bourdieu: El poder. Es aquella lucha que se genera tanto entre clases, como entre individuos o ideologías, para poder mantener este, o aumentar el capital, ya que un mayor capital, sea en el campo que sea, da un mayor poder. Así es como se va tejiendo la relación entre las estructuras, entre la historia, entre las personas que conformamos este mundo.


lunes, 10 de noviembre de 2014

Desaparecidos


Que alguien me diga si han visto a mi esposo
-preguntaba la Doña-
Se llama Ernesto X, tiene cuarenta años,
trabaja de celador en un negocio de carros,
llevaba camisa oscura y pantalón claro.
Salió anteanoche y no ha regresado
y no sé ya qué pensar...
¡Pues esto, antes no me había pasado!

Llevo tres días buscando a mi hermana,
se llama Altagracia igual que la abuela,
salió del trabajo para la escuela,
tenía puesto unos jeans y una camisa blanca,
no ha sido el novio, el tipo está en su casa;
no saben de ella en la PSN ni en el hospital.

Que alguien me diga si ha visto a mi hijo,
es estudiante de pre-medicina,
se llama Agustín y es un buen muchacho,
a veces es terco cuando opina,
lo ha detenido no sé qué fuerza.
Pantalón blanco, camisa a rayas,
pasó anteayer.

Clara, Clara, Clara Quiñones se llama mi madre
ella es, ella es un alma de Dios
no se mete con nadie.
Y se la han llevado de testigo
por un asunto que es nada más conmigo,
y fui a entregarme hoy por la tarde
y ahora dicen que no saben quién se la llevó
del cuartel.

Anoche escuché varias explosiones,
tiro de escopeta y de revolver,
carros acelerados, frenos, gritos,
eco de botas en la calle,
toques de puertas, quejas por dioses, platos rotos...
¡Estaban dando la telenovela!
Por eso nadie miró para afuera.

¿A dónde van los desaparecidos?
Busca en el agua y en los matorrales.
¿Y por qué es que se desaparecen?
Porque no todos somos iguales.
¿Y cuándo vuelve el desaparacido?
Cada vez que lo trae el pensamiento.
¿Cómo se le habla al desaparecido?
Con la emoción apretando por dentro.             
                                                                      Rubén Blades

sábado, 8 de noviembre de 2014

Origen y naturaleza de los “Problemas” Filosóficos. Ludwing weittgestein

art of articleLa filosofía desata los nudos de nuestro pensamiento, los nudos que nosotros estúpidamente hemos hecho en él; pero para desatarlos debe hacer movimientos tan complicados como esos nudos. Aunque el resultado de la filosofía es simple, su método, si quiere llegar a ese resultado, no puede serlo. La complejidad de la filosofía no reside en su tema, si no en lo enredado de nuestra comprensión.“La filosofía desata nudos en nuestro pensar; de ahí que su resultado deba ser simple, pero el filosofar es tan complicado como los nudos que desata.” Así pues, “…no sólo se produce confusión y disgusto mental cuando no se satisface nuestra curiosidad sobre determinados hechos…sino también cuando nos desagrada una notación –quizá a causa de que evoca diversas asociaciones…De este modo, nosotros a veces deseamos una notación que acentúe con más fuerza una diferencia, la haga más evidente de lo que la hace el lenguaje ordinario…” Las confusiones y los disgustos mentales sólo pueden ser eliminados (los nudos de nuestro pensamiento sólo pueden ser desatados) a través de una notación que acentúe la diferencia entre estructuras similares de nuestro lenguaje.