la filosofía está del lado de este amor verdadero. Si la vida no se
corresponde con mis ilusiones, tal vez no se equivoque la vida, sino mis
ilusiones, que son vanas. Si es al revés, me libero de mis ilusiones;
si la acepto tal como es, entonces la puedo amar tal como es, y es lo
que llamo una feliz desilusión, es decir, el encuentro con la sabiduría.
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