El
hombre llega al mundo y comienza por existir, no tiene una esencia sólo
existe. Es un hombre concreto que elige la orientación que quiere darle
a su propia vida, la esencia la ira formando con elecciones, acciones,
sus actos, todo esto formará su esencia, su ser. El hombre se elige, no
es otra cosa que lo que él hace de sí mismo. Este es el principio del
existencialismo.
El
hombre es mundano ya que es responsable de toda su existencia y con
ello es responsable de todos los hombres. El hombre se elige y al
hacerlo elige a todos los hombres. Esto sucede porque al elegir al
hombre que queremos ser, también elegimos la imagen del hombre tal como
consideramos que debe ser. Cada una las elecciones le da una valor a
aquello que se elige, nunca vamos a elegir mal, siempre elegiremos el
bien y si es bueno para nosotros es bueno para los demás. Nuestras
elecciones muestran imagen y esta imagen es valedera para toda humanidad
en la época en la que se vive, así la responsabilidad es mucho mayor.
Esto
sucede con todas nuestras acciones, por ejemplo cuando elijo casarme,
aunque es un acto mío y es mi propia elección, mi deseo, con eso
encamino, no sólo mi propia vida sino que encamino a toda la humanidad
en la vía de la monogamia. Eligiéndome, elijo al hombre. Así el hombre cae en la cuenta de que eligiéndose, también es legislador y que con sus actos y elecciones y también elige a la humanidad entera,
esto hace que se dé cuenta de la gran responsabilidad que tiene y lo
hace caer en la angustia y esto es para todo aunque muchas veces hay
personas que no parecen angustiadas pero los existencialistas dicen que
en realidad se enmascara esa
angustia y cuando se lo interroga sobre qué pasaría si todo el mundo
actuara de esa manera, responden no todos actúan así, en realidad habría
que preguntarse qué pasaría si todo el mundo actuara así pero se escudan en esa mentira y obran de mala fe.
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