“…Venezuela se enfrenta ahora a la
inestabilidad económica, social y política significativa debido a la
rampante violencia, la delincuencia y la pobreza, la inflación
galopante, la grave escasez de alimentos, medicinas y electricidad.
Violaciones de los derechos humanos por
las fuerzas de seguridad y continuada mala gestión del gobierno del país
están contribuyendo a un ambiente de incertidumbre, y grandes segmentos
de la población dice que el país va por el camino equivocado. Además,
la caída de los precios del petróleo y el deterioro económico generan
condiciones que podrían llevar al gobierno venezolano a recortar los
programas de bienestar social y su política exterior como el programa de
subsidio de petróleo (PetroCaribe). Más recortes a los programas de
bienestar social y la continua escasez que parecen inevitables, podría
prever un aumento de las tensiones y las protestas violentas, fomentando
el presidente Maduro y su partido una ola represiva adicional, como
medidas contra los manifestantes y la oposición…”.