lunes, 15 de agosto de 2016

Banco zombie

Básicamente, un banco zombie es una entidad cuyo pasivo supera sus activos, teniendo lo que se llama un patrimonio neto negativo, siendo el valor de lo que debe superior al de lo que posee. John Lancaster, en Whoops! Why Everyone Owes Everyone and No One Can Pay, los define como «un banco que está muerto pero mantiene una seudovida porque (en general) un gobierno excesivamente indulgente le permite seguir operando» y atribuye su creación a una «relación demasiado permisiva entre bancos y Estado que, a partir de 1989, transformó la maravilla que era la economía japonesa en un comatoso espectador de la economía mundial».